Hombres y llantas

6 Jun

Los científicos afirman que el Homo Sapiens, denominación que tenemos aquellos miembros de la especie humana que vivimos actualmente, somos producto de miles de millones de años de evolución constante, imperceptible pero incontenible que ha sucedido cada día por miles de millones de días. Dicha evolución, afirman, es un proceso natural mediante el cual hemos ido modificando tanto aspectos físicos como cualidades y habilidades para, en esencia, ser mejores que nuestros anteriores «yo».

Basta revisar simplemente los adelantos tecnológicos que hemos logrado como especie para entender que dichas afirmaciones tienen alto grado de veracidad incuestionable. ¿A caso no fuimos la especie que inventó el internet? Si no hubiera sido por esta continua evolución y la perpetua búsqueda de mejora hoy sería incapaz de escribir estas líneas en este humilde espacio literario.

Por todo lo anterior causa para mi profunda extrañeza, y debo admitir bastante interés, descubrir que ni si quiera miles de millones de años evolucionando pueden combatir ciertos comportamientos animalescos y salvajes profundamente arraigados en el ser de los hombres. Si, los hombres entendiendo por ello que hablamos del género masculino.

Permítame explicarle mejor el punto anterior. Ayer por la tarde fui testigo de un evento que, por alguna razón desconocida, parece activar los instintos salvajes de los hombres: Las llantas ponchadas (Desinfladas, pinchadas o como usted les llame).

Pareciera como si el destino desafortunado de estas llantas de automóviles provocara en los hombres un deseo incontenible de demostrar su hombría. No faltará el amable caballero que prestará su ayuda, aun si en la escena ya existen otros presurosos salvadores dispuestos a dar pronta solución al desperfecto.

Por supuesto, por experto que sea una en materia de cambiar llantas, nadie puede compararse con la sabiduría innata de un hombre para cambiar llantas. Años de evolución han hecho que en el cerebro masculino exista un área específica de «cambiar llantas» por tanto su única respuesta ante cualquier intento ajeno de consejo en la materia será «Quítate, yo se como».

Como si la actividad les produjese un placer inexplicable,  inevitablemente correrán para ser los afortunados que ponga el gato hidráulico bajo el auto, saquen la llanta de refacción y analicen con profunda concentración la situación. La parte más difícil siempre es quitar los tornillos, equivalente moderno a los torneos de caballeros medievales o a las batallas encarnizadas por las hembras se considera una absoluta vergüenza que un caballero no pueda aflojar estos tornillos que parecen ser colocados precisamente con la idea de no ser quitados jamás.

Los hombres golpearán, bufarán, gritarán, gruñirán, se despojarán de la camisa, sudarán, pelearán, discutirán…

Y la llanta, un imán para todos ellos.

Pareciera increíble, sin embargo, que tras años de cambiar llantas esta tarea siga siendo tan primitiva e improductiva; la llanta de ayer en cuestión no se movió y tuvo que ser quitada por un «profesional».

Homo sapiens, la especie animal mayor evolucionada pero, a fin de cuentas, animal.

3 respuestas to “Hombres y llantas”

  1. adela julio 22, 2011 a 7:53 am #

    Los Homo Sapiens no tienen miles de millones de a~nos, solo tienen 40 millones de a~nos en el planeta tierra. Es cierto que la evolucion humana es una evolucion rapida en comparacion con otros animales porque de la nada y de repente (40 millones de a~nos no es mucho tiempo en el universo) aparece el Homo Sapiens, el animal que piensa. Nuestros cerebros son unos verdaderos «oasis» universales como lo es el planeta en el sistema solar, porque es en estos dos, el planeta tierra y el hombre, donde se dan las unicas condiciones para que se de en el primero, el milagro de la vida y en el segundo, la inteligencia compleja que nos da la capacidad de la racionalizacion, por eso es que el hombre suprime sus instintos y se convierte en un ser superior pensante.
    No comparto la forma en que te burlas de un acto generoso, quizas precipitado, de un grupo de hombres literalmente evolucionados pero no necesariamente inteligentes que quieren ayudar a cambiar un neumatico. El hecho de que estos quisieran de manera obsesiva hasta la perfeccion cambiar un neumatico es indicador de la buena voluntad y la capacidad de servicio que muchas veces no esperamos de los demas porque el mundo se esta convirtiendo en un lugar muy individualista en el que la ley de la civilizacion es vivir en sociedad pero sin importarle los demas.
    No creo que produzca un placer inexplicable al poner un gato hidraulico debajo del esqueleto metalico de un automovil, quizas esa alegria satisfactoria que llamas placer viene de lograr los objetivos siguiendo cada uno de los pasos que llevaran al exito: sentirse util. No denigres con un comentario simplista y sarcastico la accion benevolente de algunos hombres que intentaron hacerle un favor a otra persona que ellos creyeron que no tenia la capacidad de hacerlo aunque sea una reaccion que para ti es de seres de inteligencia limitada.

    • Yuca_Dice septiembre 17, 2011 a 12:49 pm #

      Orale… D:
      Diría que leí todo hasta el final pero… nah.

  2. adela septiembre 17, 2011 a 1:25 pm #

    y si no lees un comentario, entonces quien es la persona de inteligencia limitada? en fin, una perdida de tiempo

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