Los camiones y sus paradas constantes…

9 Nov

Otra cosa que me gusta hacer: Manejar.

Desde que tuve edad suficiente para que mis pies alcanzaran los pedales y pudiese mirar lo suficiente por el parabrisas para maniobrar la guía he manejado automóviles. Amo conducir. Hay algo completamente relajante en la monotonía de pisar el embrague, cambiar de velocidad, la suavidad con la que se presiona el acelerador, el ruido del motor y sus revoluciones, el suave ronroneo del auto, el viento colándose por las ventanas y el plástico duro de la guía bajo mis manos que me parece completamente excitante.

Me encanta conducir bajo cualquier pretexto e incluso soy una especie de «chofer oficial» para amigos, familiares y todo aquel que necesite llegar a algún sitio y no tenga vehículo o simplemente esté con flojera de conducir.

Por eso una de las cosas que más odio de conducir en Mérida, Yucatán son los camiones urbanos, osea los autobuses.

Para empezar Mérida es una ciudad con un pésimo, osea nulo, control vial. No existen las paradas de autobús, lo cual significa que estos estorbos viales se detienen donde sea, cuando sea y como sea. ¿Qué más da si tiene que detenerse a media avenida en pleno carril central para subir pasaje (pasajeros)? ¿Qué importa si 3 metros más adelante estaba la zona designada para ascenso y descenso de pasajeros? ¿Y por qué habríamos de esperar los demás conductores que los choferes de camiones utilizaran correctamente las luces de estacionamiento para avisarnos que están a punto de frenarse en seco a pesar de que llevan velocidad constante de 70 Kmph?

Además parece ser que tanto usuarios de este medio de transporte como aquellos a cargo de los mismos tienen un acuerdo implícito: No pueden haber más de 3 personas esperando el autobús en el mismo punto, especialmente en calles transitadas y avenidas; esto significa que de haber mayor número de pasajeros esperando el autobús deberán distribuirse a lo largo de la calle manteniendo unos 5 metros de distancia entre grupo y grupo para asegurarse de que el autobús se detenga a media calle cada 2 minutos.

Por supuesto, tampoco parece ser necesario que los conductores de estos vehículos se orillen para dejar descender a los pasajeros en un sitio seguro, si el pasajero quiere bajarse de la unidad aunque esta esté en el carril izquierdo en pleno alto pues hay que darle al cliente lo que pida.

Lo peor es si por algún desafortunado motivo te estampas contra uno de estas moles o si, por obvio descuido tuyo, unade estos monstruos te raya el automóvil, en ese caso sólo puede existir un consejo: Si tuviste la culpa huye, antes de que te ataque una horda de camioneros enfurecidos. Si fuiste la víctima acepta tu realidad, aquí el único culpable eres tu y encomiéndate a tu aseguradora favorita.

En conclusión, odio los camiones.

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